viernes, 10 de enero de 2020

Historial de las degradaciones salariales de la Orquesta Sinfónica Nacional

El camino desde un sueldo “no menor al de un diputado” a un salario menor al valor de la canasta familiar

*Texto abierto al aporte de testimonios y documentación

Etapa 1

    La Sinfónica fue fundada por Decreto del Presidente Juan Domingo Perón, el 27/11/1948.
    Hay dos anécdotas significativas en el ámbito:
    Que la firma de los funcionarios bajo el Decreto haya sido efectuada en el despacho de Evita en el Palacio de Correos y Telecomunicaciones;
    Que el Presidente Perón, consultado por la necesidad de asignar un sueldo a los futuros integrantes de la entonces “Orquesta Sinfónica del Estado”, haya dicho: “que no sea menos que el sueldo de un diputado”.

    El esmero en la conformación de este instrumento del Estado se refleja en un hecho concreto: las audiciones para esta primera selección nacional de músicos académicos ante personalidades destacadas del ámbito musical, tomaron casi un año. El concierto inaugural fue el 30/11/1949 en el Teatro Colón.

Etapa 2

    Testimonios de miembros fundacionales de la orquesta, ya fallecidos, certificaron que el sueldo de los músicos en los primeros años, efectivamente, había sido muy alto para la época.
    Se sabe que los Diputados tienen sus propios mecanismos, puramente parlamentarios, para fijar sus dietas.
    Después de los sucesos de 1955, la Sinfónica ya no podía contar con la “protección” de Perón, por encontrarse éste en el exilio.
    *[Sin haber encontrado aún documentación respaldatoria al respecto, es de suponer que la Orquesta Sinfónica del Estado fue encasillada en algún momento en una determinada categoría salarial de la Administración Pública Nacional, ya bastante apartada del “rango salarial de Diputado”. Habría que investigar en qué momento ocurrió tal encasillamiento y cuáles fueron los términos exactos.]
    Se recuerda que la Sinfónica, por no contar aún con un cuerpo normativo completo de su condición especial –un lugar propio, bien consolidado institucionalmente y a la vez bien integrado en el tejido de la Función Pública, siempre quedó al margen de las adecuaciones salariales en el empleo público. Con los años, se produjo un deterioro paulatino y profundo del cuadro salarial de la orquesta. Solía compensarse precariamente con el cobro de dinerillos por "desarraigo por gira" y "horas extras" (las giras nacionales eran más habituales en aquellos tiempos).
    Consta que las tratativas gremiales de la Sinfónica persiguieron en los años ’60 establecer un escalafón especial, para seguir consolidando la configuración institucional, las modalidades de ingreso, las modalidades de evaluación de desempeño, el escalonamiento interno de categorías, el régimen laboral, las sanciones, los francos compensatorios, las licencias, etc..
    Todo eso quedó plasmado en el Decreto 4345/72, en el que el nombre de la agrupación quedó establecido como “Orquesta Sinfónica Nacional”. No consta que haya habido con éste una restitución notable de la jerarquía histórica.

Etapa 3

    Según testimonios, en el año 1976, el Ministro de Economía del Gobierno de Isabel Perón, Antonio Cafiero –como resultado de la gestión de los entonces delegados de la Sinfónica y del Director artístico Jaques Bodmer– concedió a la orquesta un importante aumento salarial (110%, meses antes del golpe de 1976), entre otros motivos, para dar fin a la precaria contabilidad de las "horas extras". Incluso situó el organismo un poco por encima del sueldo de estratos medios en la APN.
    Por otra parte, un calamitoso deterioro salarial generalizado en el ámbito del empleo público inspiró a fines del 1976 la medida del Gobierno de aumentar el sueldo de la Administración Pública Nacional en un 219,48%.
    La expectativa natural de la Sinfónica de verse incluida en la medida general fue frustrada cuando el flamante Director (entre septiembre 1976 y agosto 1977) del Complejo de Música, estamento dependiente de la Secretaría de Estado de Cultura, Roberto Caamaño, puso sobre el tapete que la Sinfónica recién había tenido un aumento y dictaminó que el nuevo no correspondía a la misma, ya que la orquesta pertenecía a un escalafón especial, burocráticamente desvinculado de la Administración Pública Nacional. Un pequeño porcentaje compensatorio concedido luego no rindió gran cosa. Así, una vez más, la orquesta fue dejada de lado. 
    Esa desconsideración por parte de Caamaño marcó sin duda el descenso más doloroso de la jerarquía institucional de la Sinfónica.
    Un juicio de integrantes del conjunto con el propósito de restablecer la jerarquía perdida se resolvió desfavorablemente.

Etapa 4

    La Sinfónica mantuvo durante la dictadura militar un perfil de orgullo profesional, de calidad de producción y de conciencia gremial. Pero recién en 1988 se logró un paquete de reivindicaciones.
    La mala situación salarial había inspirado a la orquesta a emprender sus famosos 54 conciertos de protesta en la calle, instrumentadas para llamar la atención del público a sus demandas gremiales.
    El Estado reaccionó con la invitación a negociaciones. El acto tenía carácter de verdadera vanguardia política, ya que la Ley de paritarias en el ámbito público salió recién en 1993.
    Las partes arribaron a un acuerdo que buscó reparar la cuestión salarial con la instalación de la “carrera”, es decir, un mecanismo de aumento salarial paulatino de tipo “antigüedad” pero apoyado en el sistema interno de evaluaciones anuales, más un adicional por aporte y mantenimiento de instrumentos, más un adicional por permanencia en el organismo, más un adicional por título terciario o universitario, más un título de “Profesor Superior de Orquesta”, - en fin, un paquete de adicionales que no cumplía exactamente con el propósito de recomposición de la jerarquía, la que siempre reside más en el rango del sueldo básico que en la aglomeración de adicionales de cualquier índole.
    Sin embargo, se cerró el trato con el acuerdo plasmado en el Decreto 745/88. El Decreto involucró también a la Orquesta de Música Argentina "Juan de Dios Filiberto", el Coro Polifónico Nacional, el Coro Nacional de Jóvenes y el Coro Nacional de Niños.

Etapa 5

    En 1993, ya después de la entrada en vigencia de la Ley de paritarias en el ámbito público, un Decreto unilateral e ilegal del entonces Ministro de Economía Domingo Cavallo derogó el Decreto 745/88. Impuso en su lugar el Decreto 929/93 que despojó a la orquesta de su carrera, de los adicionales y títulos, compensando supuestamente la pérdida con un cierto aumento general que, en efecto, favoreció a los integrantes con poca antigüedad, pero no así a los músicos con una ya importante trayectoria en la orquesta. La Orquesta Sinfónica Nacional nunca avaló este decreto que, por ende, no representa un “acuerdo de partes”.
    La pérdida de los adicionales alcanzó también a la Orquesta de Música Argentina "Juan de Dios Filiberto", el Coro Polifónico Nacional, el Coro Nacional de Jóvenes y el Coro Nacional de Niños. El nuevo régimen retributivo alcanzó los antedichos, más la Banda Sinfónica de Ciegos y el Coro Polifónico de Ciegos.

Etapa 6

    Recién trece años después –trece años sin antigüedad ni carrera de los que el resto de los empleados públicos gozaba sin interrupción, en
2006, después de la crisis del 2002 que había traído un enorme deterioro salarial, el Estado retomó las negociaciones en el sector –ahora paritarias como manda la Ley– sobre los salarios, incluyendo a todos los organismos artísticos de la Nación. Esto ocurrió luego de nuevos conciertos de protesta de la Sinfónica en la calle y largas tratativas gremiales infructuosas en el sector.
    El lema de la paritaria fue “igual trabajo, igual remuneración”, empalmando en un esquema de equiparación de las disciplinas artísticas, reflejada en los sueldos en los organismos estables que las ejercen.
    La desgracia consistía en que el monto del presupuesto reservado para el aumento salarial pendiente no alcanzaba para equiparar a todos hasta el grado de que el elenco mejor remunerado hasta el momento –la Sinfónica– se mantuviera a la par con los aumentos en la APN en general, los que se definieron en aquel año entre un 26 y 32%. Para la Sinfónica quedó un aumento de tan sólo 12%. Con eso, en cierta medida, se repitió la desgracia del 1977, con una nueva degradación salarial.
    En resumen: la equiparación se realizó mediante Decreto 210/06, con el que la Sinfónica se encontró “equiparada” hacia abajo, con alrededor de un 20% menos de aumento respecto del empleo público en general.
    También estos sucesos provocaron un juicio de la Sinfónica contra el Estado (empezando con la revisión de la medida anticonstitucional de Cavallo en 1993) que no prosperó favorablemente.

Etapa 7

    Recién en la paritaria del 2008 se instaló la “carrera”, la restauración de un derecho adquirido en 1988 y perdido en 1993, sin que el ascenso por grados en la carrera a lo largo de 30 años hubiera podido compensar la pérdida de jerarquía salarial de la Sinfónica, ocurrida en los diferentes momentos de degradación histórica arriba descritos (v
er Decreto 973/08).

Etapa 8

    La actual pretensión de la Sinfónica, ya naturalmente comprendida en la comunidad artística de los elencos oficiales de la Nación, sería consolidarse junto con los demás organismos en una jerarquía en el Empleo Público que esté en sintonía con los pensamientos de su fundador, Juan Domingo Perón, y la Ley 24.269 sobre la importancia de la cultura en el Estado y la necesidad de que éste contenga y cuide a los artistas.

    La historia enseña que los atropellos contra la Sinfónica se originaron, básicamente, en una falta de integración de este conjunto en la estructura orgánica del Estado Nacional. En la paritaria pendiente se buscará entonces la integración definitiva de todos los organismos artísticos nacionales en los conceptos afines del Sistema Nacional de Empleo Público (SiNEP), ya que la definición del agente "especializado" de dicho Sistema Nacional encaja perfectamente con la condición de artista de quienes integran los elencos oficiales.


No hay comentarios:

Publicar un comentario