La sala de ensayo del tercer subsuelo, si bien ofrece el mismo diseño funcional de gradas que el escenario del Auditorio Nacional, es lumínica y acústicamente insalubre para los ensayos con grandes orgánicos orquestales. [información de fondo]
Por varios motivos el Auditorio Nacional debería ser en su pleno sentido la sede oficial de la Orquesta Sinfónica Nacional.
1) La Sinfónica es el único elenco que produce, al menos en sus grandes orgánicos, decibeles insalubres en sus ensayos, por los que debería tener prioridad para ensayar en la Ballena, ya que la sala de ensayos del tercer subsuelo, por su tamaño reducido, acentúa la presión sonora dañina para los oídos de los ejecutantes. Ningún otro elenco puede alegar tal fundamentación.
2) La experiencia enseña que las complejísimas tramas sinfónicas son entendibles solamente en acústicas afines. Una rutina de ensayar más en el Auditorio Nacional aceleraría enormemente el aprendizaje de las obras por parte de los profesores músicos (vale el dicho: en casa cada uno aprende su parte; en el ensayo conjunto cada uno aprende las partes de los demás). Sin duda alguna, la calidad del producto entregado al público aumentaría notablemente si la Sinfónica ensayase más a menudo en la Ballena.
3) La Sinfónica es con creces el elenco con la mayor afluencia de público, que suele colmar la sala, cuyo escenario, además, está hecho a su medida (el equivalente para la Filiberto sería la Sala Argentina).
4) La Sinfónica adquirió un Derecho de piso ante cualquier otro elenco estable, por haber aportado entre 2007 y 2011, en el transcurso de una esmerada gestión gremial en la órbita de UPCN, los planos arquitectónicos del escenario de la Ballena y del relieve de piso de la sala de ensayos del tercer subsuelo, diseñados para grandes orquestas sinfónicas (y, por tanto, apto para múltiples usos) [información de fondo]. La prueba de fuego fue cuando la prestigiosa Berliner Staatskapelle y su Director, Daniel Barenboim, filmaron en la Ballena el ciclo sinfónico de J. Brahms. (Vale señalar que, a 10 años de la inauguración del Auditorio Nacional, nuestras producciones multimedia están todavía en pañales).
1) La Sinfónica es el único elenco que produce, al menos en sus grandes orgánicos, decibeles insalubres en sus ensayos, por los que debería tener prioridad para ensayar en la Ballena, ya que la sala de ensayos del tercer subsuelo, por su tamaño reducido, acentúa la presión sonora dañina para los oídos de los ejecutantes. Ningún otro elenco puede alegar tal fundamentación.
2) La experiencia enseña que las complejísimas tramas sinfónicas son entendibles solamente en acústicas afines. Una rutina de ensayar más en el Auditorio Nacional aceleraría enormemente el aprendizaje de las obras por parte de los profesores músicos (vale el dicho: en casa cada uno aprende su parte; en el ensayo conjunto cada uno aprende las partes de los demás). Sin duda alguna, la calidad del producto entregado al público aumentaría notablemente si la Sinfónica ensayase más a menudo en la Ballena.
3) La Sinfónica es con creces el elenco con la mayor afluencia de público, que suele colmar la sala, cuyo escenario, además, está hecho a su medida (el equivalente para la Filiberto sería la Sala Argentina).
4) La Sinfónica adquirió un Derecho de piso ante cualquier otro elenco estable, por haber aportado entre 2007 y 2011, en el transcurso de una esmerada gestión gremial en la órbita de UPCN, los planos arquitectónicos del escenario de la Ballena y del relieve de piso de la sala de ensayos del tercer subsuelo, diseñados para grandes orquestas sinfónicas (y, por tanto, apto para múltiples usos) [información de fondo]. La prueba de fuego fue cuando la prestigiosa Berliner Staatskapelle y su Director, Daniel Barenboim, filmaron en la Ballena el ciclo sinfónico de J. Brahms. (Vale señalar que, a 10 años de la inauguración del Auditorio Nacional, nuestras producciones multimedia están todavía en pañales).