domingo, 3 de julio de 2022

Seis motivos para repatriarse...

…como músico profesional de orquesta.

En 2022, los cargos vacantes en la planta permanente de la Orquesta Sinfónica Nacional han llegado a más de 40%. Para un conjunto artístico que trae una trayectoria de 74 años desde su fundación, un repertorio estudiado, una sonoridad y una ‘personalidad’ artística propia, tal vaciamiento significa la cercanía a la descomposición.
Con el flamante Convenio Colectivo/ Decreto 669/22 APN, que llegó muy de ‘último momento’, mejoraron de golpe las expectativas para un cambio generacional prometedor del conjunto. Los mayores talentos entre los músicos jóvenes del país se prepararán a concursar para los cargos vacantes de la orquesta; unos cuantos otros que viven y trabajan en el exterior, estarán fuertemente tentados a volver al país.
A continuación, enumeramos los factores que motivan a músicos profesionales a buscar empleo estable en una orquesta,
por orden de importancia:

1) El repertorio/ proyecto artístico/ programación
Los músicos profesionales aman la música. Si no, sería imposible aguantar la formación específica de 10-20 años, el estrés de la exposición y competencia permanente, los gastos materiales inherentes al ejercicio de la profesión y, en muchos casos, la recompensa salarial mediocre al llegar finalmente a la situación de empleo. Un afecto ardiente es siempre el mejor garante de la perseverancia para seguir el camino.
Cualquier instrumentista suele buscar primero empleo en un conjunto que toca el repertorio que más le gusta, sea sinfónico, operístico o popular.

2) La calidad artística del conjunto (el sueldo)
La emoción, el entusiasmo, la excitación, la pura alegría –hasta el éxtasis– en el ejercicio son en gran parte proporcionales a la calidad de ejercicio del conjunto.
El instrumentista suele buscar empleo en la mejor orquesta de su ámbito (con el repertorio de su género musical preferido). Los mejores músicos suelen encontrarse en los conjuntos con los mejores sueldos. Por ello, la búsqueda del mejor sueldo y del mejor conjunto es generalmente la misma.

3) La calidad artística de directores y solistas
Hay un profundo deseo en los músicos de admirar y amar a ídolos de su arte. El amor a la música en general está profundamente vinculado con las figuras y los conjuntos que nos introdujeron al universo de la música. También la larga y penosa formación se sostiene en gran medida por la veneración a los grandes maestros que encontramos en nuestro camino.
Quienes aprendieron con grandes maestros, tienen el natural deseo de seguir aprendiendo con grandes maestros (en las artes, uno nunca deja de aprender).
El instrumentista suele buscar empleo en orquestas cuya temporada le proporciona abundantes estímulos artísticos por la colaboración con directores y solistas admirables.

4) El clima humano interno
Comprende: la corrección humana de sus integrantes, el respeto y la consideración por parte de las autoridades institucionales, una cultura de conciliación y tolerancia, la identificación de todos con un proyecto institucional-artístico y la posibilidad de participación creativa de todos en cualquier desarrollo colectivo.
El instrumentista está feliz y se entrega con más ganas cuando se encuentra todos los días en un clima humano cordial y respetuoso. El mismo es entonces un fuerte garante de la calidad artística de la ejecución.

5) La normativa
¡Tener derechos! Estabilidad laboral, previsión jubilatoria, seguro de salud y contra riesgos de trabajo, derecho de agremiación, y un régimen laboral que evite cualquier explotación arbitraria y esté en sintonía con la naturaleza de la tarea.
Para cualquier trabajador es fundamental y reconfortante encontrar en su empleo un marco reglamentario protector.

6) La Sede
¡Sentirse “en casa”! En una cultura sedentaria no debe sorprender que un conjunto estable desee actuar en un lugar estable. El atractivo de los teatros o grandes salas de concierto reside, por orden de importancia, en su acústica, su funcionalidad arquitectónica, sus facilidades infraestructurales, su clima humano interno (que es, primordialmente, una cuestión de calidad de conducción) y su prestigio (la calidad de las presentaciones artísticas entre sus muros a lo largo de años, décadas o siglos).
Pero una gran sala de conciertos con excelente acústica no es todo. Son imprescindibles los vestuarios/salones de precalentamiento, muebles funcionales y áreas de descanso (incluyendo una cafetería).
También las comodidades para la parte técnica-administrativa deben estar a la altura de los requerimientos.


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